martes, 12 de agosto de 2008

Los Titanes de las empanadillas


Suministrado por el Nuevo Día sin ellos saberlo:

El titán de las empanadillas

Por Sandra Morales Blanes /

Empresas Barsan celebra 25 años deleitando el paladar boricua.

Cuando Vicente Sánchez y su esposa Luisa Bellas llegaron como exiliados cubanos a principios de la década de 1980 no tenían ni un solo centavo, y mucho menos idea de lo que harían para subsistir y echar hacia adelante.

Al poco tiempo, Sánchez logró a través de un tío entrar a trabajar en la fábrica de Productos Oscar, uno de los principales elaboradores, en aquel entonces, de pastelillos y otros productos hechos de harina de trigo.

Allí adquirió su primera experiencia en el mundo de la manufactura de alimentos.

Pero tras diferencias surgidas en la empresa, en el 1982 decidió renunciar para montar una cafetería en San Juan en la que su esposa, sus suegros y también sus padres se convirtieron en sus fieles colaboradores. Casi al mismo tiempo, inició gestiones para establecer su propia fábrica de empanadillas y pastelillos en el barrio
Palmas en Cataño. Esto tras llegarle la oportunidad de adquirir, a bajo costo,
unos equipos de fabricación embargados. 25 años de historia

Sánchez no contaba con el capital necesario para ello, así que decidió buscar un socio, logrando finalmente establecer Empresas Barsan en el 1983. Hoy las semillas sembradas en aquellos años de tanto sacrificio han rendido fruto y este año la empresa, que mercadea productos bajo la marca Titán, cumple sus 25 años de existencia.

En entrevista con El Nuevo Día, Sánchez recordó que el primer día sólo se logró trabajar seis quintales, o el equivalente a 600 libras de harina. Hoy día el promedio es de 190 quintales diarios.

“Éramos seis empleados, incluyéndome a mí. El edificio lo que tenía era 4,000 pies cuadrados, un módulo de este mismo edificio. Y los primeros tres meses parecía que no íbamos a sobrevivir”, recordó sobre sus comienzos.

Sánchez apuntó que la competencia era muy fuerte en aquella época, por lo que entrar a las cadenas de supermercados no era tarea fácil y se vio obligado a ofrecer sus productos por debajo de sus costos de producción para poder entrar.

“Fue un golpe así, casi de suicidio”, señaló el empresario.

Pero valió la pena. No sólo logró entrar, sino que fue tanto lo que vendieron que la demanda trajo consigo una duplicación de la producción y con ello una baja de los gastos fijos. “Y en vez de suicidarnos, lo que tuvimos fue, por primera vez, ganancias”, recordó sonriendo. Hoy día, Titán tiene una amplia gama de productos y su distribución incluye los almacenes de ventas al por mayor Sam’s Club y Cotsco.

Crecimiento en recesión
Sánchez espera que las ventas este año lleguen a $10 millones. Reconoce que la situación económica no está fácil, sobre todo para la industria de la manufactura, lo que ha llevado a muchas fábricas a cerrar en los últimos años. No obstante, aclaró que en el caso de su empresa se proyecta un aumento de 15% en ventas para este año.

El empresario señaló que el crecimiento obedece, en gran medida, al terreno que han ganado tras el cierre de operaciones de otros competidores.

No obstante, Sánchez agregó que, aunque las ventas han aumentado, los ingresos netos han sido “ínfimos” debido a los aumentos en los costos de producción.

“Los costos nuestros se han duplicado. Un ejemplo, el quintal de harina en enero del año pasado costaba $20. Ahora lo estoy pagando a $47”, subrayó Sánchez.

Agregó que un hecho que les ha permitido subsistir en estos tiempos recesionarios ha sido una buena administración.

Esto les ha permitido a lo largo de los años capitalizar a un punto donde, a diferencia de muchos de sus competidores, no dependen de la banca para las inversiones necesarias. Además, puntualizó que la maquinaria que tienen para su línea de producción les ha generado ventajas frente a sus competidores.

“Para fabricar posiblemente lo mismo o menos, la competencia tiene de 250 a 300 empleados. Y nosotros tenemos de 100 a 105”, dijo en referencia a una maquinaria adquirida en el 2000 que les ha permitido maximizar la producción, ser más eficientes y reducir 80% el trabajo manual.

Aclaró que la inversión en equipos no produjo despidos en la empresa. Por el contrario, de unos 50 empleados que tenían en aquel entonces ahora tienen el doble.

“No hemos dejado a nadie en la calle, pero eso nos ha permitido bajar costos, ser más eficientes y mantenernos en el mercado en estos momentos en que el dólar pasa por una situación difícil”, agregó Sánchez.